lunes, 6 de junio de 2011

De canoas y parkings lot

Yo, como reza la introducción a la derecha de este blog, me he pasado los dos últimos años de mi vida fin de semana sí, fin de semana también en parking lots abandonados donde a los directores, al menos a los que yo tengo el placer de tratar, parece ser que les gusta rodar. Lo que me lleva a una de las preguntas que con más frecuencia se debe hacer a sí mismo el ser humano: ¿de verdad existen tantas historias que precisen de un parking lot para ser contadas? ¿no sirven los callejones oscuros? Después de mucho reflexionar sobre el tema (y auspiciada por la retórica de mi señora madre) he llegado a la conclusión de que en un país en el que la mayor parte de tu vida transcurre en un coche es normal que las historias se desarrollen cerca de ellos, sino dentro o encima de los mismos, y de ahí la importancia del parking lot.

Pero este post no quería hablar sobre los parking lots, lo que pasa es que me pierdo a menudo en disertaciones varias. Lo que yo quería tratar aquí era una fina exposición de la carencia de glamour de este oficio, porque un rodaje tiene tirando a poco que ver con la Jolie y las alfombras rojas, pero sí mucho de barro, frío y largas noches acompañadas de café del malo. Si es que hay alguien ahí fuera, leyendo este blog, se podría preguntar que entonces por qué me dedico a esto. Mi madre también se hace esa pregunta. A sí misma, a mí, a su otro hijo (a la sazón mi hermano), a mi padre, a sus amigas, a las chicas de la farmacia, en fin, a todo el mundo. Bueno, pues no tengo una respuesta ni para ella ni para vosotros. Ni siquiera la tengo para contentarme a mi. Me gusta rodar, contar historias, construirlas desde la nada, ver como un inhóspito parking lot se convierte por la gracia del cine en un paraje un poco menos desolado (o más, todo depende de la historia, aunque en las mías la desolación suela ganar por goleada). Y para ser sincera, mis trabajos anteriores eran un asco, algún día ya os contaré lo que yo catalogo como "Guía de los peores trabajos realizados por este ser humano".

Y todo esta introducción previa para contaros que sí, que me he quejado mucho de los parking lots (a estas alturas del post espero que hayáis entendido el símil que representan) y que seguro me seguiré quejando de ellos pero ahora mismo los echo de menos. Sí, después de dos años estudiando un máster en una universidad pretigiosísima pagado a golpe de beca ahora ya no tengo más beca y la universidad prestigiosísima cuesta un pastizal que yo, obviamente no tengo, pero como no me quiero ir de este país para volver al mío, que me da cierta pereza, pues me las estoy intentando ingeniar para quedarme un año más. Y terminar el máster. Y empezar una carrera en la meca del cine, aunque ya hablaremos otro día de lo que la meca del cine viene siendo, sobre todo, en cuanto a cine independiente se refiere, que por ahora es lo único que yo cato. Así que sí, estoy buscando trabajo.

Y aquí, donde hasta la gente busca el amor de su vida en craiglist.com, pues no se me ha ocurrido mejor sitio que ese para iniciar mi búsqueda. Claro que conociéndome como me conozco no debería sorprenderme que las ofertas que encuentro consistan en irse a recorrer cámara en mano el río Mississippi en canoa durante 6 semanas con tres desconocidos. Por si alguien lo dudaba, por supuesto que he solicitado ese trabajo (y otro de irse a Montana a no sé qué), y yo, que cómo os podéis imaginar no he cogido un remo en mi vida salvo en el estanque del Retiro y para quedarme varada, he "maquillado" ligeramente mi presentación jurando y requetejurando que a mi lo que más me gusta en esta vida es remar en canoas con desconocidos mientras grabo lo que seguramente sea una versión gore y a lo pobre de Apocalypse Now. ¡Deseadme suerte!

Más que nada, porque como no consiga pronto un trabajo voy a acabar durmiendo en el coche, que, por cierto, no ha pasado el smogtest (que viene a ser algo parecido a la ITV, es decir, una putada si no lo apruebas) y que espero no secuestre la grúa un día de estos...

Tengo una amiga, la llamaremos La Rubia, que dice que yo lo que estoy haciendo es vivir el sueño americano. Creo que está intoxicada con las biografías de personajes famosos que echan en su tele. Lo que no sabe es que lo de dormir en el coche es como la Jolie y los rodajes: el glamour sólo se ve más y mejor desde fuera.